jueves, 31 de marzo de 2011



Al contrario que alguna gente que se siente insegura o se marea frente a una escena como la de la foto de arriba, yo adoro las alturas.

Seguramente más de uno comparte mi sueño de vivir en una casa con una enorme terraza con unas vistas (similares a estas de Gran Vía, que tuve la oportunidad de tomar hace unos días al firmar parte de mi futuro inmediato), solo de pensarlo se me pone la piel de gallina, la sensación de poder despertarme cada día salir a mi terraza y desperezarme mientras digo hacia dentro o grito a los cuatro vientos (segun el día) : - ¡BUENOS DÍAS MUNDO!, mientras veo que todo sigue ahí, toda esa gente que no para de moverse, esas miles de historias unas más mágicas, otras más trágicas que se suceden "a mis pies" con esa falsa sensación de omnipotencia que da estar tan arriba y respirando hondo esa libertad artificial, que me haga olvidar por completo la nube de contaminación que sufre Madrid. Y poder montar aquello que siempre he envidiado de las películas y la publicidad, esas grandes juergas al aire libre iluminadas simplemente por la luna y las luces de neón circundantes.


Pero también hay otro tipo de alturas, algunas que si que dan algo de miedo. Esas que cuando todo parece que va en alza, te entra el vértigo, no por lo alto que estas, sino por lo dura que puede ser la caída.

Algo va a cambiar... Deseadme buena suerte ;)




Diego


1 comentario:

  1. me gusta! como cuando y por que hiciste estas fotos? chulo! yo tb adoro las alturas! será xq estamos en lo alto :) te quiero

    ResponderEliminar